jueves, 28 de marzo de 2013

Una tarde en el jardín

 
Sólo a mí se me ocurriría,
en primavera y con alergia,
 arreglar el jardín una tarde,
¡Maldita sea!
¡Con lo que cuesta!
 
El olor a tierra emborrachaba
y parar ya no pudimos,
aún hoy se siente el cuerpo
agotado,
dolorido.

Los ciempiés que encontramos,
piedad nos pedían,
-¿Qué hacéis? ¿Estáis locas?
¡Es Semana Santa!
¡Herejía!-.
 
Y de la tierra salieron arañas,
lombrices, caracoles,
 Un caballero del zodiaco,
princesas y algunos botones.
 
¡Cuánta gente en nuestro jardín!
Y tú sintiéndote sola,
mejor me voy con el jardinero,
vuelvo dentro de una hora...

Este jardín será una ruina
me temo,
amiga mía,
queda mucho por hacer,
si no nos toca la lotería...
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


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