La casa pedía a gritos un restyling primaveral, tanto rojo y negro nos estaba afectando a los chakras... En esencia el estilo es el mismo: puta new age, pero con un mojito en la mano.
Hemos quitado los cajones de color negro de la estantería modelo EXPEDIT y los hemos cambiado por otros en color azul. La mesita de café, también en negro, ha sido sustituida por otra en color blanco que conseguimos a 1,95 €.- en la sección de oportunidades de Ikea.
Unos cojines naranja por aquí, una alfombra verde por allá y unos portavelas nuevos y listo... Ibiza en nuestro salón! Bara bara bara! Bere bere bere! (Si cierro los ojos y le pongo (mucha) imaginación, hasta me parece oir al pakistaní de la barceloneta gritar: "¡¡Mojitoooo, cold mojito!!")
Mayo marcea que dice un amigo y se hace complicado pensar en una barbacoa a corto plazo. Pero no flaqueamos, la casa azul olerá a chuletillas de cordero en cuestión de semanas (o cuando deje de llover) y todos los gatos de Sant Fost vendrán a picar nuestra puerta.
Gatos... Sí... Esa es otra. Adoptamos a Lola (o Lola nos adoptó a nosotras, no sabemos muy bien) una gata negra moteada que entra y sale de casa como si fuera ella la que paga el alquiler. Al principio venía sola pero ha llamado a sus colegas y ya tengo contados cinco gatos diferentes.
Y es que es normal. Si después de zamparse las sobras del salmón va a ver a las amigas y por un casual, se le escapa un eructillo, pues le van a preguntar que de donde viene y la voz se va a correr como la polvora. ¡Ir a la casa azul, camaradas! Como si la estuviera viendo... Bueno, de hecho es que la estoy viendo, ahí, en la ventana de la cocina, esperando su dosis dominguera con las pupilas dilatadas.
En fin, el jardín ahora mismo es un desastre. Las acacias y la maleza crecen a un ritmo que asusta, los caracoles cada vez son más grandes, las abejas tienen Kers (¿será por la cercanía a Montmeló?), los mosquitos directamente nos muerden y las hormigas nos toman el pelo. Pero nosotras resistimos a la fuerza de la naturaleza y hemos plantado una sombrilla de color verde (que de momento sólo sirve para que no se moje la ropa del tendedero) como símbolo de que lucharemos por la reconquista.
Habrá fotos de la masacre...
domingo, 19 de mayo de 2013
sábado, 4 de mayo de 2013
Y ya estamos en mayo ...
El bambú crece a cada rato, a este paso tendremos un jardín zen antes de que finalice el verano. Las primeras semillas de flores empiezan a germinar. Celebramos cada pequeño brote como si fuera un miembro más de la familia.
Ahora reciben incluso mucha más luz, Teresa, la vecina, ha podado parte del árbol que compartíamos, dejándonos con las ganas de probar sus frutos. Igual pensaba que nos molestaba, pero para nada.
Algunas noches, cuando el tiempo es benigno, salimos al jardín a contemplar las estrellas a la luz de las velas. A los niños les encanta, y es un gusto mirarlas con sus ojos. A un acto tan simple lo llenan de magia. Ellos lo llaman fiesta de pijamas. ¡Nos regalan cada momento!
Disfruto especialmente de esas mañanas al sol, en las que divagamos sobre la vida, el amor, los traumas, el sexo, los miedos, los condicionamientos... Lo que se nos ocurra. Con mi segunda infusión y su tercer café nos desayunamos las limitaciones y los avances, los errores y los aciertos. A veces lo acompañamos de lecturas que resultan idóneas para el tema en cuestión. Y hay temas que pueden durarnos hasta la infusión de la noche o hasta el desayuno de toda la semana.
Me gustaría seguir relatando los días en la casa azul, hablaros de la invasión de las hormigas, de los paseos en bici y todo un mundo más, pero es que me acabo de dar cuenta de que tengo el sofá lleno de ropa por doblar... ¡Es lo que tiene tener una compañera yonki de la lavadora!
Es una casa en abierto, podéis pasar y compartir historias.
Besotes.
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