miércoles, 20 de febrero de 2013

En el SEPE de Mollet

- A ver si te toca la señora de la mesa 20, ¡Qué es muy maja! Su padre nació en Ávila y su madre en Segovia...
- No sé si voy a acordarme... Mi atención está puesta ahora mismo en mi vejiga, llevo dos horas aquí y mataría por un wáter... Solo te he llamado para ver si justo cuando me cogieras el teléfono, aparecía el tal Murphy, el de la leyes, y me tocaba el turno, pero va a ser que no.
- Vale, luego me cuentas. ¡Un beso!

Eran casi las tres de la tarde y mi paciencia se estaba acabando, estos del INEM, a ciertas horas, empiezan a tomarse las cosas con bastante tranquilidad.

D0043 Mesa 20.

Me acerqué a la mesa y en cuanto ví la cara de la mujer que iba a atenderme supe que era una emigrante castellano-leonesa. La señora calzaba unos 60 años, con bastante ornamenta de oro, pelo recogido y de un color entre añil y morado algo desconcertante. Vestía de negro y en un primer momento parecía con pocas ganas de hablar conmigo.

- ¡Hola! ud es la de Ávila, ¿verdad?. - Su cara se iluminó. - ¿Tú eres la de los niños? ¿La amiga de Yolanda?. - Me dijo - Ummm.. Sí. - Sonreí mucho y ladeé la cabeza con la esperanza de tener el 50% del camino hecho. Claro, que después descubrí que el 50% de mi camino no era el 50% del camino que ella pensó mejor para mí.

- ¿Sabes? Tengo un hijo de 30 años, soltero. Lo dejó con la novia en octubre. Es que era amiga de lo ajeno.. Me robaba joyas. (Tengo que reconocer que a mí también me estaban entrando ganas de hacerlo). Mi hijo es un chico muy formal y muy guapo. Mide 1.90, ¿sabes? que no es cualquier cosa.

- Bueno, ahora lo que toca es que salga con más gente, ¿no cree?

- No, no.. Él no es ningún picaflores. (Pues peor para él). Tiene piso, ¿sabes? y aunque no sabe ni freírse un huevo quiere independizarse (A veeeer... 30 años... Sí, ya toca, la verdad). Además trabaja en la empresa de su padre, mi marido, por lo que la heredará él. También tiene un BMW, así que podéis pasear a los niños en el coche!. -Tragué saliva. - Voy a enseñarte una foto.. Espera. Esta no... Esta tampoco... Uy, pues no la encuentro.
- Si tampoco es necesario, de verdad. - Contesté.
- ¡Que sí mujer!

(5 minutos de búsqueda y mi vejiga al borde del colapso. Crucé las piernas, eso me daría margen de tiempo.)

- Mira (me da su móvil) ¿No es un encanto? Es un morenazo guapísimo, si te gustan los morenos este es tu hombre. (¿No inventó Freud un complejo de madre enamorada de hijo?)
- Ah pues sí... Qué majete...

La señora se frotaba las manos y a mí solo me salía una risa tonta del tipo "no sé donde meterme". - Tengo que parar esto. - Pensé. - Bueno, yo es que... - Me interrumpió - ¿Te importa qué le dé tus señas para que te busque en Facebook? - Me quedé ojiplática. - La verdad es que... No sé si es buena idea. - No le debió parecer convincente la seguridad en mí misma con la que le contesté.
- Bonoman. - Me espeta.
- ¿Perdón?.
- Bonoman@...com
- Ah...
- Es que le encanta U2.
 - Qué bien...
- ¡Voy a contarle ahora mismo que he conocido a una chica guapísima en el trabajo!.
- Bueno, pues ya si eso hablamos otro día, ¿eh?. En fin, ¡saludos a su hijo!.
- ¡Adiós bonita!.












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