viernes, 21 de junio de 2013

Hard Syberia Session

La casa azul se fue de concierto para celebrar la llegada del verano (que al final no vino, que se le pasó, que andeandará, si en el otro hemisferio del mundo o en la Avenida Meridiana esperando a que alguno de los siete millones de semáforos se ponga en verde) y fuimos a ver a Syberia al Hard Rock Café. Yo me esperaba algo más sucio, una sala llena de tíos duros y tías aún más duras, sacudiendo sus melenas, con camisetas de calaveras, la chaqueta de cuero colgada de un hombro y a Alice Cooper saliendo del baño diciendo "hola qué taaal...".

Sin embargo aquello estaba lleno de guiris desprevenidos a los que les tembló hasta el hielo del cóctel al primer acorde. De repente una marea negra entra en el local y fijo que anoche los barriles de cerveza se acabaron por primera vez en quince años.
Detrás de mí, colgaba una Gibson Les Paul de los Stone Temple Pilots, a mi izquierda, una cazadora de cuero de Michael Jackson, justo en la entrada, el nanomallotdecueramen de Madonna, bajando las escaleras, un traje de Whitney Houston y a mi derecha, un maniquí vestía un perturbador jersey de lana color amarillo huevo. No quise ni acercarme a mirar de quién era aquella prenda que sólo con mirarla te sale sarampión, que dice mi madre. Pero la conclusión que saqué es que, si se te ocurre mandarles eso a Cáritas, te lo devuelven porque creerán que se trata de una broma de muy mal gusto.

El escenario era muy pequeño para cinco tíos, con sus cinco correspondientes instrumentos y cuatro amplificadores Orange que sonaban a gloria bendita. El micrófono no sé para qué estaba, porque no son mucho de cantar ellos y ni falta que les hace. Pensé para mis adentros; "esto va a petar en cuanto se pongan a afinar las guitarras.." Y así fue... Anoche, ya en la cama, tenía el clásico pitido en los oídos que te advierte de que te has pasado de decibelios.

En fin, muy recomendables estos jóvenes barceloneses que tocarán con Green Day en el BBK Festival el 13 de julio. Ale, ponte los auriculares, sube el volumen y a joderse la Trompa de Eustaquio!




domingo, 19 de mayo de 2013

Decoradoras 3.0

La casa pedía a gritos un restyling primaveral, tanto rojo y negro nos estaba afectando a los chakras... En esencia el estilo es el mismo: puta new age, pero con un mojito en la mano.

Hemos quitado los cajones de color negro de la estantería modelo EXPEDIT  y los hemos cambiado por otros en color azul. La mesita de café, también en negro, ha sido sustituida por otra en color blanco que conseguimos a 1,95 €.- en la sección de oportunidades de Ikea.
Unos cojines naranja por aquí, una alfombra verde por allá y unos portavelas nuevos y listo... Ibiza en nuestro salón! Bara bara bara! Bere bere bere! (Si cierro los ojos y le pongo (mucha) imaginación, hasta me parece oir al pakistaní de la barceloneta gritar: "¡¡Mojitoooo, cold mojito!!")

Mayo marcea que dice un amigo y se hace complicado pensar en una barbacoa a corto plazo. Pero no flaqueamos, la casa azul olerá a chuletillas de cordero en cuestión de semanas (o cuando deje de llover) y todos los gatos de Sant Fost vendrán a picar nuestra puerta.
Gatos... Sí... Esa es otra. Adoptamos a Lola (o Lola nos adoptó a nosotras, no sabemos muy bien) una gata negra moteada que entra y sale de casa como si fuera ella la que paga el alquiler. Al principio venía sola pero ha llamado a sus colegas y ya tengo contados cinco gatos diferentes.
Y es que es normal. Si después de zamparse las sobras del salmón va a ver a las amigas y por un casual, se le escapa un eructillo, pues le van a preguntar que de donde viene y la voz se va a correr como la polvora. ¡Ir a la casa azul, camaradas! Como si la estuviera viendo... Bueno, de hecho es que la estoy viendo, ahí, en la ventana de la cocina, esperando su dosis dominguera con las pupilas dilatadas.

En fin, el jardín ahora mismo es un desastre. Las acacias y la maleza crecen a un ritmo que asusta, los caracoles cada vez son más grandes, las abejas tienen Kers (¿será por la cercanía a Montmeló?), los mosquitos directamente nos muerden y las hormigas nos toman el pelo. Pero nosotras resistimos a la fuerza de la naturaleza y hemos plantado una sombrilla de color verde (que de momento sólo sirve para que no se moje la ropa del tendedero) como símbolo de que lucharemos por la reconquista.


Habrá fotos de la masacre...










sábado, 4 de mayo de 2013

Y ya estamos en mayo ...

El bambú crece a cada rato, a este paso tendremos un jardín zen antes de que finalice el verano. Las primeras semillas de flores empiezan a germinar. Celebramos cada pequeño brote como si fuera un miembro más de la familia. 

Ahora reciben incluso mucha más luz, Teresa, la vecina, ha podado parte del árbol que compartíamos, dejándonos con las ganas de probar sus frutos. Igual pensaba que nos molestaba, pero para nada.

Algunas noches, cuando el tiempo es benigno, salimos al jardín a contemplar las estrellas a la luz de las velas. A los niños les encanta, y es un gusto mirarlas con sus ojos. A un acto tan simple lo llenan de magia. Ellos lo llaman fiesta de pijamas. ¡Nos regalan cada momento!

Disfruto especialmente de esas mañanas al sol, en las que divagamos sobre la vida, el amor, los traumas, el sexo, los miedos, los condicionamientos... Lo que se nos ocurra. Con mi segunda infusión y su tercer café nos desayunamos las limitaciones y los avances, los errores y los aciertos. A veces lo acompañamos de lecturas que resultan idóneas para el tema en cuestión. Y hay temas que pueden durarnos hasta la infusión de la noche o hasta el desayuno de toda la semana.

Me gustaría seguir relatando los días en la casa azul, hablaros de la invasión de las hormigas, de los paseos en bici y todo un mundo más, pero es que me acabo de dar cuenta de que tengo el sofá lleno de ropa por doblar... ¡Es lo que tiene tener una compañera yonki de la lavadora!

Es una casa en abierto, podéis pasar y compartir historias.

Besotes.


domingo, 7 de abril de 2013

Mañana de domingo ...

Mejor no ir en contra de la cabra cuando tira para el monte, que entre piedras, caminos  y flores, el mal día se arregla y el azul del cielo siempre descubre  un horizonte.

Con dos cabritillos trotando, riendo a veces, a ratos protestando; subimos el camino al margen de coches, bicis y hasta caballos.

Con buenos días nos saludan y saludamos, alentamos al ciclista y despedimos al caminante, que con paso firme se aleja  sin demorarse.

La recompensa llegó al final, viejas cepas   a lo largo del valle, algunas ya con los sarmientos en flor, que hacen soñar con vendimias en el lagar.

Flores amarillas de alfombra, alguna que otra amapola, dos infantes corriendo entre ellas mientras nos prometemos toda una fiesta de manta, tortilla y coca cola.

Bajamos en patinete, en moto y en planeador. Ahora somos mariposas , también canguros, aunque estemos en Sant Fost.

Hemos llegado felices y contentos, disfrutando el descenso. Ahora toca navegar en el barco pirata, para eso le quitamos al Ka el techo y al capitán le ponemos la pata.

¡A toda máquina! Grita el capitán, ¡a la orden! responden los grumetes,  rumbo a la Cirereta, que una paella espera a la familia completa.

La sabiduría de la cabra, que nos ha llevado al monte y nos ha devuelto a cambio infancia como dote.













jueves, 28 de marzo de 2013

Una tarde en el jardín

 
Sólo a mí se me ocurriría,
en primavera y con alergia,
 arreglar el jardín una tarde,
¡Maldita sea!
¡Con lo que cuesta!
 
El olor a tierra emborrachaba
y parar ya no pudimos,
aún hoy se siente el cuerpo
agotado,
dolorido.

Los ciempiés que encontramos,
piedad nos pedían,
-¿Qué hacéis? ¿Estáis locas?
¡Es Semana Santa!
¡Herejía!-.
 
Y de la tierra salieron arañas,
lombrices, caracoles,
 Un caballero del zodiaco,
princesas y algunos botones.
 
¡Cuánta gente en nuestro jardín!
Y tú sintiéndote sola,
mejor me voy con el jardinero,
vuelvo dentro de una hora...

Este jardín será una ruina
me temo,
amiga mía,
queda mucho por hacer,
si no nos toca la lotería...
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


domingo, 17 de marzo de 2013

Calçotada, la primera...

Siempre que veía una peli de esas que el protagonista lo deja todo y se muda a un pueblo, disfrutaba especialmente con las escenas en las que le invitaban a la fiesta de la patata, o del bizcocho con mermelada de arándanos. 

Imaginaba lo bien que me sentiría si yo fuera la protagonista celebrando este tipo de encuentros tan cercanos  con los lugareños. Hasta tenía previsto un veterinario estupendo para mi...

Sueño cumplido. 

Nuestros caseros y amigos, Enriqueta y Ángel, lo han hecho posible. Nos han invitado a una calçotada con gente del pueblo. ¡Qué bien lo hemos pasado! y sobre todo ¡qué bien hemos comido! Por si fuera poco nos han descubierto rutas y rincones del pueblo que aún desconocíamos. Impagable amigos, mil gracias.

Ciento cincuenta personas comiendo, más o menos, y sin faltar un detalle. Hemos comido calçotadas sin conocimiento; es que una vez que le coges el puntito a quitarle la funda a la cebolla tierna asada a la parrilla, ya no puedes parar de mojar salsa... ¡Qué pan! ¡Qué carne! ¡Qué vino!... ¡Qué digestión!

El veterinario no sé si estaba, pero a los postres ha llegado el guapo (pero guapo, guapo interesante) del pueblo; luego nos hemos enterado de que también era el más pretendido por lo que traía de cuna y esas cosas. Doy fe de que a día de hoy, y a tenor de lo visto hasta ahora en el pueblo, es y será el más pretendido a pesar de su señora.

Estoy segura de que si la alcaldesa pudiera quitarse el cargo unas horas, compartiría con nosotras un buen rato y algún penedés.

Un buen día, con buena gente, magnífica comida y estupendas fotos.

El mejor contacto: el concejal de deportes y su amplio abanico de posibilidades para, al menos, descargar la conciencia, mientras elegimos alguna actividad física.

Gracias Sant Fost por la acogida. Y a tí, sí a ti... Por osar atreverte.
 
 
 
 
 
 
 
 
 





Señal núm. 27.856


lunes, 11 de marzo de 2013

Crónicas de un sábado noche


.- ¿Qué? ¿Vamos al Mercadona?
.- ¡Que noo! (A dúo). ¡Que vamos al Lidl!

Son las nueve, hay que darse prisa que cierran a y cuarto.

.- ¿Por qué se ríe mami? Y cuando me giro, te veo en cuclillas, llorando de risa, intentando taparte con el carro de la compra.
.- Pues no sé de qué se ríe- Y ya me estoy partiendo yo también de la risa, mientras me indicas que mire al otro pasillo, al tiempo que veo pasar, a ver cómo lo diría... Una posible reencarnación del pelo del hermano mayor de los Jackson Five, mezclado con estos tipos que anunciaban páginas amarillas.
.- Pero ¿lleva algo en la cabeza no? Algo rojo, no lo veo muy bien- Y llorando de la risa me dices: ¡Joder, eso es lo que quiero que mires! ¡Es un peine!
Y ahí nos desbordamos... La abuela plantada en medio del pasillo enfocando su miopía sin ningún reparo para poder observar tanta, tanta... ¿Originalidad? Es que tela con el peine que el tío llevaba en la cabeza. Rojo, de pinchos, ¡grande! Y todo esto por un pasillo del Lidl.

Las risas nos duraron el camino a Barna, la estancia, la vuelta y el desayuno. Bueno a ti aún te duran.

¡Cuánto perro flauta hay en Barna! - ¿Sabes qué te digo? Que me voy a dejar rastas, total, es cómodo y puedes ir dejando ahí todo lo que no te sirve. Te da volumen y eso...- Siempre nos partimos de risa caminando por la Rambla e imaginando cómo moveré las rastas.

.-No hay mucho estilismo en Barcelona ¿no? Esto es la cultura de ¿qué me pongo?¡ Pues me lo pongo todo y ya está! Y se lo ponen... Ayer vimos a una chica en todo el centro de la capital con las botas de arreglar el huerto, con su barro, su pedigrí, en fin, lo que viene siendo unas botas de goma de faena. Pero se ve que la llamaron para tomar un café y aquí se deben de tomar como te pille. Si estás regando el huerto, pues con botas y si te estás peinando y te cierran el supermercado, pues con el peine en la cabeza.

.- Este cuenco nos lo llevamos a casa, que siempre nos tenemos que comer las olivas en el bote- Pero si está lleno de cáscaras de cacahuete, me dices- No pasa nada, se tiran y punto. Y mientras, intento despistar al encargado de la irlandesa de turno (sin éxito, me temo) pidiéndole ese chupito prometido, que minutos más tarde reposa en un vaso vacío de la barra. En medio de todo esto, he tenido un encuentro en la cola del baño con una inglesa. Creo que era su despedida de soltera a juzgar por el velo que llevaba en la cabeza. Eso o se ha dejado llevar por el estilismo de "me lo pongo todo". Nos hemos dicho muchas cosas, pero no nos hemos enterado de nada.

Oh, por fin un poco de karma del bueno para rematar la noche. Si será bueno que aún lo llevo marcado en la muñeca. Es una especie de torre de Babel alargada y estrecha. Con sus viejas glorias, rubias exaltadas y mucho niño mono. Lo mejor de lo mejor, la camisa de cuadros de la segunda cerveza.

.- ¿Y ahora quién conduce?- me dices- Venga lo llevo yo. -¿Sabes cómo volver?- Si, gira a la izquierda... Y  luego a la derecha y sigue palante, y mira a ver si das la vuelta a lo bruto que esto no me suena... Me encanta Barna en la madrugada, es tan ancha... Y se da la vuelta a lo bruto ¡tan bien!

.- Me duermo, habla conmigo.
.- "Estrellita dónde estás..."- Cantas con hilito de voz- ¿Una nana? ¿Me duermo y sólo se te ocurre cantarme una nana? Menos mal que las risas me despejan...

¿Y te acuerdas del portero de L'Ovella Negra? ¿Y de las putas que no eran, pero que eran tíos y al final eran putas? ............. Me dormí.

sábado, 2 de marzo de 2013

Moustache Club, con estilo propio...

¿Qué habrá sido de él? Han pasado quince días y aún me lo pregunto. Cuando entramos ya estaba situado de espaldas a la pared sin desviar la mirada de la pantalla en ningún momento. Y mira que entraba gente y que nos pusimos muy cerca, que aunque sólo fuera  por curiosidad  podía haber mirado, pero nada: impasible. 

Me daba cosa mirarle, le veía ahí tan sólo, tan tímido, que ni se atrevía a girar la cabeza. Siempre de frente. Se tragó todos los vídeos insustanciales que suelen poner en un bar de copas con derecho a baile.

Luego aquello se fue llenando y entre la confusión que me producían algunas lentejuelas y las cervezas que se iban acumulando, yo ya no sabía si aquello era una noche de sábado cualquiera o una nochevieja tardía. Es que por aquí debe ser costumbre mantener la decoración navideña hasta que aguante. Total, que le perdimos de vista.

En ningún momento le vi mover un sólo músculo. Llevaba un jersey a rayas, unos vaqueros de esos que podrías haber dejado el peto en casa y unos zapatos de estilo y año indefinido. Las manos en los bolsillos y la cazadora colgada de un brazo. No sé, aunque sea por inercia, llega un momento en que de tanto oír la música tu cuerpo se da al balanceo. Pues éste nada, ni un pequeño espasmo arrítmico.

Después me he enterado que esa noche era la fiesta de San Valentín... ¡Pero si era 16! Nosotras celebrábamos que somos Gpz's en Sant Fost y que al día siguiente yo tenía un asunto importante al que dar carpetazo. Aún así hemos salido en la foto, y hasta parece que hemos posado. No sé qué me pasa, pero hay ciertos días, casi siempre por la noche y de fiesta, que tengo pequeñas lagunas mentales y no acierto a comprender cómo he acabado en el centro de la pista si yo estaba en un rincón de la barra... Me lo voy a tener que mirar.

¡Ay pobre! Ahora me doy cuenta, fiesta de San Valen y él con su jersey a rayas ahi plantado. Pero valiente, eso sí, que él seguro que se prometió que salía esa noche y salió.

Con lo que son por aquí de defender lo suyo, me llama la atención que en cuestión de marcas la rubia de la zona sea  Estrella Galicia. Pues yo no sé qué tendrá esa cerveza o si sólo te pega fuerte cuando sale de tierras gallegas, pero me dió de bofetadas. Necesité una UCI de urgencia al día siguiente para estar en plenas facultades físicas y psíquicas a eso de las 16,00 horas. El sofá cama con piel de cebra se portó como un profesional sanitario, la verdad. No recuperé las facultades al cien por cien, es cierto, pero me vino bien un poco de anestesia para el asunto en cuestión.

El camarero de Sálvame Mollet dice que ya se habla de nosotras... ¡Puñetero paparazzi!

viernes, 22 de febrero de 2013

Decoradoras 2.0

Aunque la decoración de la casa azul guarda un perfecto equilibrio entre las tradicionales casas de pueblo y la modernidad que aporta la gama baja de Ikea, he de decir que si Boy George viera nuestro salón, se quedaría a vivir en él.
Paso a describirlo; el sofá cama BEDDINGE LÖVAS venía sin funda, pero ni falta que hacía, porque (¡viva la imaginación!) le pusimos por encima una sábana de franela con un estampado de cebra, que ríete tú del diseño italiano. Justo al lado, una mecedora de mi bisabuela (por la ausencia de color en el respaldo, se podrían contar los años que pasó la mujer sentada, como pasa con los anillos de los troncos de los árboles), le da un aire vintage a la estancia, aportando poca calidez y mucha confusión.
Por otro lado, a pesar de tener un jardín tan grande como un parque infantil, el tendedero ha encontrado su lugar en un rincón despoblado del salón. Mimetizadas totalmente en el entorno rural, dificilmente encotrarás un tanga y sí una braga faja.
La lámpara del techo es un flourescente sacado/robado de una nave industrial, un taller de chapa y pintura o una oficina de seguros de los años 70. El mueble blanco donde hemos puesto la tele (que si no te fijas bien, parece el monitor de un ordenador) es de estilo minimalista, pero como a nosotras eso de simplificarlo todo a la mínima expresión no nos va, pues lo hemos llenado de libros, libretas, cargadores de portátiles, mandos a distancia, una lámpara de mesa modelo FILLSTA y un buda en posición de flor de loto como guiño al estilo zen.  Como nos seguía quedando algo soso, decidimos colgar encima de todo esto una tira de corazones led de color rojo, que junto con las pinzas de colores del tendedero, le da el toque justo a barrio chino.
 
Pues bien, hemos creado un nuevo concepto, un estilo único y personal. Hemos conseguido unir lo  contemporáneo y lo tradicional, lo nuevo y lo rancio, el reciclaje y lo inaprovechable...

Estilo: Puta New Age.

Así lo hemos bautizado... El caso es que no sabemos por qué, pero a todo el mundo le gusta nuestra casa.

 

miércoles, 20 de febrero de 2013

Los operarios ...

La casa tiene un pasillo largo que comunica la entrada con el jardín interior. Todo queda a la izquierda: el salón, la habitación de Helena y Enzo, mi habitación y la de Manuel, la cocina y el baño. Por ese orden. La cocina es en abierto, razón por la cual es una zona de tránsito contínuo de operarios. Llevamos veinte días viviendo y ya ha pasado por aquí casi medio barrio.

Antonio, el vecino de arriba y cuñado de la casera, es ya un habitual. Lo mismo te mira un calentador, o sea, lo mira y poco más, que se pone hasta arriba de mierda para desatascar. Es un sol, la verdad. Comparte internet con nosotras a cambio de una caja de yemas. Siempre está. Hasta se ha ofrecido a solicitarnos ayuda para los recibos, desde que ha hecho un curso de cooperante está que no hay servicio gratuito que se le resista.

Cada día es una sorpresa en cuanto a operarios a recibir. Un día nos desayunamos con Antonio, José (el controlador de la calle) y el lampista (chapuzas en mi tierra); y aunque nosotras no tenemos muy claro a qué han venido, ellos parecen dominar la situación recorriendo el pasillo con propiedad hasta llegar al jardín, hacer sus cosas (a día de hoy aún no sé a qué vinieron) y marcharse por donde habían entrado ante nuestra mirada, iba a decir alucinada, pero a estas alturas nuestra mirada ya es impasible. Simplemente seguimos desayunando como quien lo hace en una terraza de un café... Saludando a los conocidos.

Hemos abierto a pintores, al instalador de canal +, los operarios de internet, el droguero que nos trae el desatascador a casa, un señor de pelo cano que vino, miró una puerta, puso un tornillo y se fue; el chico guapo del seguro pero con mala tarde, spiderman el desatascador y su prometedor trasero... No sé si me dejo alguno. Hay que tener en cuenta que la media de visitas es al menos de dos veces: una para mirar y valorar, y otra para resolver (en el mejor caso).

Yo quería una casa con muchas visitas masculinas... ¡Me olvidé de especificar!

He de reconocer que vamos de peor a mejor en cuanto a operarios. De los que entran y no vienen a arreglar nada os hablo mañana.

En el SEPE de Mollet

- A ver si te toca la señora de la mesa 20, ¡Qué es muy maja! Su padre nació en Ávila y su madre en Segovia...
- No sé si voy a acordarme... Mi atención está puesta ahora mismo en mi vejiga, llevo dos horas aquí y mataría por un wáter... Solo te he llamado para ver si justo cuando me cogieras el teléfono, aparecía el tal Murphy, el de la leyes, y me tocaba el turno, pero va a ser que no.
- Vale, luego me cuentas. ¡Un beso!

Eran casi las tres de la tarde y mi paciencia se estaba acabando, estos del INEM, a ciertas horas, empiezan a tomarse las cosas con bastante tranquilidad.

D0043 Mesa 20.

Me acerqué a la mesa y en cuanto ví la cara de la mujer que iba a atenderme supe que era una emigrante castellano-leonesa. La señora calzaba unos 60 años, con bastante ornamenta de oro, pelo recogido y de un color entre añil y morado algo desconcertante. Vestía de negro y en un primer momento parecía con pocas ganas de hablar conmigo.

- ¡Hola! ud es la de Ávila, ¿verdad?. - Su cara se iluminó. - ¿Tú eres la de los niños? ¿La amiga de Yolanda?. - Me dijo - Ummm.. Sí. - Sonreí mucho y ladeé la cabeza con la esperanza de tener el 50% del camino hecho. Claro, que después descubrí que el 50% de mi camino no era el 50% del camino que ella pensó mejor para mí.

- ¿Sabes? Tengo un hijo de 30 años, soltero. Lo dejó con la novia en octubre. Es que era amiga de lo ajeno.. Me robaba joyas. (Tengo que reconocer que a mí también me estaban entrando ganas de hacerlo). Mi hijo es un chico muy formal y muy guapo. Mide 1.90, ¿sabes? que no es cualquier cosa.

- Bueno, ahora lo que toca es que salga con más gente, ¿no cree?

- No, no.. Él no es ningún picaflores. (Pues peor para él). Tiene piso, ¿sabes? y aunque no sabe ni freírse un huevo quiere independizarse (A veeeer... 30 años... Sí, ya toca, la verdad). Además trabaja en la empresa de su padre, mi marido, por lo que la heredará él. También tiene un BMW, así que podéis pasear a los niños en el coche!. -Tragué saliva. - Voy a enseñarte una foto.. Espera. Esta no... Esta tampoco... Uy, pues no la encuentro.
- Si tampoco es necesario, de verdad. - Contesté.
- ¡Que sí mujer!

(5 minutos de búsqueda y mi vejiga al borde del colapso. Crucé las piernas, eso me daría margen de tiempo.)

- Mira (me da su móvil) ¿No es un encanto? Es un morenazo guapísimo, si te gustan los morenos este es tu hombre. (¿No inventó Freud un complejo de madre enamorada de hijo?)
- Ah pues sí... Qué majete...

La señora se frotaba las manos y a mí solo me salía una risa tonta del tipo "no sé donde meterme". - Tengo que parar esto. - Pensé. - Bueno, yo es que... - Me interrumpió - ¿Te importa qué le dé tus señas para que te busque en Facebook? - Me quedé ojiplática. - La verdad es que... No sé si es buena idea. - No le debió parecer convincente la seguridad en mí misma con la que le contesté.
- Bonoman. - Me espeta.
- ¿Perdón?.
- Bonoman@...com
- Ah...
- Es que le encanta U2.
 - Qué bien...
- ¡Voy a contarle ahora mismo que he conocido a una chica guapísima en el trabajo!.
- Bueno, pues ya si eso hablamos otro día, ¿eh?. En fin, ¡saludos a su hijo!.
- ¡Adiós bonita!.